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Durante toda su existencia, la casa situada en A Pena, n° 10 de Ferreiros, se ha dedicado a la acogida (leer Historia de la casa). Cada día, Fina y Daniel abren las puertas de su casa y sus corazones.
Después de sus experiencias personales en cada uno de sus recorridos Jacobeos (ver Nuestra historia), Fina y Daniel dan la posibilidad a los peregrinos del Camino de Santiago de entrar en un lugar abierto, en el que las relaciones humanas pasan al primer plano.
El espíritu de La Cansera del Camino es simple y, al mismo tiempo, complicado. Es simple porque brinda lo siguiente:
Hospitalidad
La puerta está abierta, desde la mañana al atardecer, para todos los peregrinos que no resistan la atracción de este mágico.
Acogida
Esta empieza con un «buenos días» (no te rías, esta palabra está olvidada en el Camino). Después, unas palabras sobre el estado físico, los primeros pasos en el Camino, un poco de reposo en los antiguos bancos de la escuela, la narración de nuestra historia (ver Nuestra historia) y …
Generosidad
Qué decir de esta palabra cuando todo está en relación con el dinero. La Cansera del Camino ofrece todo de lo que dispone sin jamás pedir cualquier compensación a cambio. El peregrino es totalmente libre.
Escucha
Evidentemente, Fina y Daniel contarán su historia, pero sobre todo escucharán a cada peregrino hablar de sus experiencias, sus maravillosos encuentros, sus desilusiones, sus promesas de peregrinación, sus problemas de cohabitación, de los intercambios en desconocidos idiomas… De esta manera, la escucha retoma un sentido ancestral, más fuerte, más importante, más personal a través del silencio, de los gorgoteos de la fuente del porche de la entrada, del trino de los pájaros, del zumbido de las alas de los insectos, del roce del aire con las hojas…
Consejo
El más habitual es, seguramente, el número de kilómetros hasta el próximo destino del día. Pero, también, el riesgo de beber del agua de las fuentes sin control sanitario, cómo llevar de modo adecuado la mochila o cómo levantarla sin lesionarnos, las próximas etapas y sus albergues, los servicios de taxi, unas ideas sobre la vuelta a casa… Además, no olvidaremos aconsejar a los peregrinos algunos lugares simpáticos que pueden visitar a su llegada a Santiago de Compostela.
Compartir
La Cansera del Camino vive por y para compartir. El tiempo de las comidas, tanto el de la cena como el del desayuno, es probablemente el momento de compartir más intenso de la estancia de los peregrinos. Cada comida es una reunión de familia, diferente cada día, y una mezcla cultural y étnica.
El espíritu de La Cansera del Camino resulta también complicado, ya que a veces, en un primer contacto, es incomprensible para muchas personas. Parece del todo irreal e increíble encontrar hoy tal espíritu de hospitalidad. El mundo moderno está engullido por las obligaciones relacionadas con el dinero y el espíritu mercantil. Pero, después de intercambiar algunas explicaciones, el espíritu de La Cansera del Camino es entendido y animado.